Por encargo de una fundación atendemos a Enrique, persona con discapacidad intelectual y con brotes de esquizofrenia. En el último año ha roto tres veces sus gafas, encargadas en una óptica próxima a su domicilio, ya que él no puede salir de la Residencia de la Fundación dónde vive.
Debido a la complejidad del caso evaluamos la visión con la ayuda de su cuidadora y de la psicóloga, mediante nuestros pictogramas adaptados. Realizamos diferentes exámenes tanto objetivos como subjetivos y ajustamos la graduación. Dada su situación optamos por adaptar una montura muy flexible que es prácticamente irrompible y con colores muy llamativos. Las cuidadoras quedan encantadas ya que Enrique no se las quita y no las ha vuelto a romper, aunque en momentos las ha maltratado.